Lic. Iturrios Maria Belen

Psicoterapeuta con orientación cognitivo conductual

Preguntas Frecuentes

¿En qué consiste el tratamiento psicológico cognitivo conductual?

La terapia cognitivo conductual es un tipo de terapia psicológica que no se basa en la intuición o la interpretación personal del psicólogo o psicóloga que la dirige, sino en una metodología, un sistema definido, cuya eficacia y garantías clínicas, han sido demostradas y avaladas por estudios científicos.

En este sistema clínico, es fundamental la primera fase: la evaluación.

La evaluación psicológica se realiza mediante diversos procedimientos, cuyo alcance y variedad estarán determinados por los motivos de consulta o los aspectos que el psicólogo o psicóloga aprecie en las primeras sesiones.

Algunos de estos procedimientos son las entrevistas clínicas a alguna de las cuales, por sugerencia del psicólogo o psicóloga, puede invitar a alguien cercano o significativo en la vida de la persona, los test o cuestionarios de evaluación y los autoregistros que realiza la propia persona fuera de la consulta.

En el momento en el que los dos sujetos activos en el tratamiento: a. Persona que busca el cambio y b. Psicólogo o psicóloga que lo dirige, coinciden en que se ha entendido con claridad: qué pasa, por qué pasa, y por qué se mantiene el problema, es el momento de continuar con la siguiente fase de tratamiento: cómo cambiarlo.

Justo en ese punto, es cuando dedicamos una sesión, a entregar y explicar un informe por escrito, en el que se exponen todas las conclusiones extraídas en la fase de evaluación.

Este informe, incluye un modelo explicativo en el que se detalla la relación entre los principales procesos que están interviniendo en el problema, una serie de objetivos específicos y valorables, y un plan de tratamiento para conseguir dichos objetivos.

¿En que se basa la elección de unas técnicas de tratamiento y no de otras?

Las técnicas de tratamiento nunca se eligen a partir de la intuición o preferencia personal del profesional. En la terapia cognitivo conductual se eligen aquellas técnicas y herramientas clínicas, que han demostrado ser más eficaces para cambiar los procesos disfuncionales que hemos identificado en la fase de evaluación.

Es decir, comparándolo con otros procesos sanitarios, si te has caído y te duele el brazo, no hago un análisis de sangre para evaluar una posible fractura: hago una radiografía, porque es el procedimiento de evaluación adecuado e idóneo al problema. Y si vemos que hay fractura, no mando ejercicios porque “sé que eso te ayudará”, recomiendo inmovilización del brazo, porque los estudios demuestran que un periodo inicial de inmovilización es necesario tras una fractura de esas características.

En la terapia cognitiva conductual, salvando las distancias, se trabaja en la misma línea. Para cada proceso o problema psicológico, hay una forma de evaluación y tratamientos establecidos como más idóneos y más eficaces.

¿Y si el tratamiento psicológico no me está ayudando?

Puesto que se establece un plan de tratamiento con unos objetivos, cada cierto tiempo, es conveniente que psicólogo o psicóloga y paciente, dediquen un tiempo a poner en común y contrastar, cómo y en qué medida se están cumpliendo los objetivos.

Esta puesta en común es muy útil para afianzar y reforzar, y también para reorientar, reconducir o introducir los cambios necesarios en el tratamiento.

Lo fundamental, es que la persona sepa que el objetivo es lograr que supere el problema y realice su cambio. Para ello no sólo dispondrá de la atención profesional del psicólogo o psicóloga que dirige su tratamiento, sino de todos los recursos clínicos, información, apoyo y seguimiento